Jardín

Principios básicos de diseño para la distribución de tu jardín

Solo hay que mirar a jardines históricos como Versalles o el del Palacio de La Granja, en España, para confirmar que hacer un jardín es una auténtica obra de arquitectura. Nunca ha bastado —ni basta— con poner las plantas que se quiera en el lugar que apetezca; un jardín requiere reflexión y planificación.

Los paisajistas más reputados tienen en cuenta tanto la estética como otros asuntos funcionales: que haya sitios de sombra, espacios soleados donde disfrutar de la vitamina D –  por supuesto, siempre protegiéndonos con crema solar para evitar las quemaduras solares – espacios con acceso a agua para refrescarse y áreas para colocar mobiliario de jardín o una barbacoa…

Hacer convivir todas estas necesidades con la elección de plantas adecuadas y la creación de una estética no es sencillo. ¿Cuáles son los principios básicos de diseño que siguen profesionales y aficionados?

Primer paso: planificación

Cuando alguien se compra una casa con terreno para montar un jardín, suele actuar por impulso: coloca un jazminero aquí, una enredadera allá, plantas aromáticas en esta esquina…

Todos estos elementos pueden ser muy interesantes bien utilizados, pero un auténtico caos si no hay una planificación previa.

La creación de un jardín comienza por sentarse en una mesa con un papel en blanco y acceso a internet. Desde ese punto, hay que ir haciéndose una serie de preguntas y creando una lista de opciones posibles:

  • Uso del jardín: ¿va a ser un espacio ornamental o se va a utilizar como terraza y cenador? ¿Se desea tener un pequeño huerto? ¿Frutales? ¿Un mantenimiento bajo o un trabajo continuo? Todo esto ayudará a ir orientando las elecciones a la hora de ir al vivero.
  • Plantas y clima: una vez determinado todo lo anterior y repartido el espacio, hay que estudiar qué plantas y flores funcionan mejor con el clima en el que esté el terreno. Aunque se desee tener unas especies concretas, en ocasiones no es posible por el frío o el calor excesivos de la zona.
  • Elegir un estilo: uso y plantas elegidas, falta elegir un estilo de jardín. Se puede optar por una fórmula más rústica, por plantear un jardín contemporáneo y sencillo o, por el contrario, jugar con un jardín paisajista donde el auténtico protagonismo lo tienen las plantas.

Plantación y colocación de elementos

Con todo claro, la calma es el siguiente gran ingrediente del proyecto: los diseñadores de jardín deben saber que el trabajo es lento y que los frutos se verán en el medio plazo.

Se recomienda ir plantando poco a poco, hasta ver cómo se comportan las plantas y, también, para ir adaptando el espacio al propio uso humano. Por ejemplo, hay que colocar las zonas de sombra o incluso ventiladores donde más tiempo se va a permanecer, combinar los árboles tupidos con sombrajes o cubiertas, etc.

Regadío

Muy relacionado con el punto anterior está el regadío. Hoy en día se recomienda optar por fórmulas como el riego por goteo, que es cómodo, se puede automatizar y permite un ahorro de agua muy eficiente.

Combinando todos estos consejos se puede llegar a crear un jardín de altísima calidad, con un encanto visual muy interesante y, sobre todo, lleno de vida, donde apetezca estar desde tanto en verano como en otoño e invierno.

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